Escritores, novelas y curiosidades en la novela negra: de la R a la Z

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Llegó la tercera y última entrega de los crímenes novelados más famosos de la literatura, pero en orden alfabético. Si lo recordáis, hace un tiempo escribí la primera y la segunda entrega: 


 Escritores, novelas y curiosidades en la novela negra: de la A a la H. 

 Escritores, novelas y curiosidades en la novela negra: de la I a la P. 


Y todo ello gracias al libro Diccionario apasionado de la novela negra, escrito por Pierre Lemaitre (Salamandra, 2022), un libro que debéis tener en casa si sois amantes del género, porque se aprende muchísimo, y Lemaitre nos lo ofrece un tono cercano y humorístico. Y aquí es cuando siempre recomiendo leer su gran novela negra Vestido de novia, no os vais a arrepentir. 


¿Seguimos entonces con el diccionario?


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R

Realidad en la novela negra



En la novela negra hay tantos datos sobre el sistema criminal y policíaco que siempre he pensado que deben de asignar un policía por cada escritor, porque, si no, no sé de dónde sacan tanto detallismo: la organización, los pasos que hay seguir en la detención de un culpable, los vericuetos del juicio... En fin, que no es sencillo. Por lo tanto, tiene que haber una balanza muy bien ajustada entre la lógica y la racionalidad en este tipo de novelas. 


Lemaitre apunta que la novela no debe ser exacta, sino verdadera, pese a que hay muchos escritores que optan por la autenticidad, precisión y fidelidad, y serían incapaces de confundir una pistola y un revólver. Hay escritores, como el mismo Lemaitre, que se van a las imágenes de Google y seleccionan el arma que más se ajuste a la historia. Hay que tener en cuenta que un escritor no escribe para un sección armamentística, ni para el cuerpo militar, sino para lectores de a pie con datos justos sobre este tema. 


Sí es verdad que hay que tener cuidado con la desinformación, y hay que ser respetuoso con la realidad, pero no hasta límites insospechados, ni rozando la obsesión, de la misma manera que no se le puede exigir a un pintor figurativo que represente las cosas fielmente y con exactitud, como dijo Hitchcock. 


No obstante, hay que saber diferenciar la inexactitud de la inverosimilitud. Esta última puede llegar a ser fatal, puede desconcentrar al lector, pero el escritor se puede permitir ciertas licencias. De hecho, así lo hace Lemaitre en Vestido de novia, pero, ¡sorpresa!, la novela funciona estupendamente. Pensad una cosa, ¿con cuántas novelas de la historia de la literatura nos quedaríamos si las novelas tuviesen que ser totalmente exactas y realistas? 





S

Santuario


Esta novela la escribió William Faulkner en 1931, y fue su estreno en la novela criminal. Vamos a hacer un inciso antes de meternos en esta novela violenta y humillante (para los protagonistas). Faulkner escribió obras del gótico sureño, una temática decadente que tuvo su origen en la Guerra de Secesión, y es que su bisabuelo estuvo allí combatiendo, y eso deja huella, y encima si naces en el estado de Misisipi, aún más. Si sumamos a todo esto que Faulkner era un tipo curioso que se inventó que había sido piloto en la Primera Guerra Mundial o que era un inculto y no había leído a Dostoievski, a Freud, a Shakespeare ni a Melville, tenemos la combinación perfecta para que sus novelas ya sean curiosas. Ya veis, Faulkner era un hombre mentiroso, que solo hablaba de granjas, caza y caballos, odiaba la reuniones sociales (rechazó una invitación de Kennedy a la Casa Blanca), alcohólico. Es más, bebía por la noche y escribía por la mañana. Y aun así, consiguió el Nobel de Literatura. NOTA: No bebáis para ganar el Nobel. No es correlativo. 


Santuario aparece cuando él ya era conocido por haber publicado El ruido y la furia y Sartoris. Pero con Santuario cruzó los límites, tanto que su editor le dijo: "¡Por el amor de Dios, no podemos imprimir esto! ¡Acabaríamos los dos en la cárcel!". Por lo que se rehízo el manuscrito, aún así, en los años treinta el libro escandalizó a Estados Unidos. 


¿Por qué? Hay incesto, violación (abusan de la protagonista con una mazorca de maíz), prostitución, violencia. Nos dice Lemaitre: "Es como si Faulkner hubiera hecho una lista de las situaciones más escabrosas y crueles para asegurarse de que no se dejaba ninguna". Lo curioso es que Faulkner no describe la violación, pero está claro que se ha producido por las palabras que emplea. El horror viene de lo que dice, de una joven que no se rebela contra la situación, que mantiene una relación con su verdugo un tanto perturbadora, y lo escribe con ambigüedad. Y esa ambigüedad la desarrolla de tal manera que esta obra es una de las grandes en la novela negra. 















T

TÉCNICA


¿Es posible que la mayoría de novela negra sean malas?, esto se pregunta Pierre Lemaitre sobre el género. Todo género tiene unos códigos, unos clichés que, de manera irremediable, se hacen repetitivos. ¿La buena literatura es, acaso, la que no tiene etiquetas y no cae en la repetición? Pensad una cosa que expone el novelista francés Éric Chevillard, si un escritor te habla de la técnica, ¿puede parecer que simplemente estés fabricando la novela y no tengas un estilo propio?, ¿existe el escritor estándar?


Lemaitre, por ejemplo, publicó su primera novela con cincuenta y seis años, algo inusual por tratarse de una vocación tardía, pero eso no quería decir que no llegase a ser un buen escritor, por supuesto. Una vez le invitaron a ir a Burdeos para hablar sobre novela negra, así que se le ocurrió un tema interesante para atraer al público: "Escribir una novela negra. Secretos y trucos", ¿por qué no? ya había escrito publicado cuatro libros y recibido cinco premios. "En cuanto tienes un poco de éxito, empiezas a creerte más listo que nadie", dice Lemaitre. 



Sí, cuenta que la experiencia le pareció muy útil, pero también descubrió que, en realidad, no tenía ninguna teoría sobre la novela negra, aunque fuera capaz de escribir una del género francamente buena (Vestido de novia lo es). Era cierto que Lemaitre había leído Ensayos sobre el arte de escribir, de Stevenson, Escribir ficción, de Edith Wharton, Cómo se escribe una novela de misterio, de Patricia Highsmith, y muchos otro libros afines, y gracias a ello consiguió la técnica que necesitaba. Pero hay algo más importante más allá de haber leído toda técnica posible sobre la novela negra, y eso es el talento.




V

Vázquez Montalbán



Este escritor barcelonés (1939-2003) es bien conocido por todos, tanto como su serie de Pepe Carvalho. La influencia en su obra empezó cuando las tropas franquistas entraron en su Barcelona natal, ya que sometieron a la ciudad desde un punto de vista político y cultural. Su padre fue encarcelado, su madre era costurera. Y pese a sus orígenes humildes, él consiguió estudiar la carrera de Filosofía y Letras. Más adelante, también terminaría en la cárcel, "su segunda universidad", como la denominaría. Pero por la muerte del papa Juan XXIII, se beneficia de la amnistía, consiguió salir de la cárcel e inició su carrera como periodista. En esa etapa comenzó a escribir novela policíaca. Así, en 1972, salió a la luz el personaje de Pepe Carvalho en Yo maté a Kennedy. Un detective privado gallego (como sus padres), antiguo comunista, antiguo preso y agente de la CIA. Más adelante vendría Tatuaje o La soledad de mánager, todas escritas con la agonía franquista, hasta el triunfo del neocapitalismo. 


Vázquez Montalbán escribía para luchar contra el franquismo y los tiempos posdictatoriales. De hecho, su serie de novelas triunfarían en una España totalmente hermética a la literatura policíaca. Lo curioso es que cuando él empezó la serie de Carvalho, él había leído muy poca novela negra, y se inclinó más hacia un realismo social (concretamente, desde los últimos años del franquismo hasta la democracia). De hecho, Montalbán culpa a la herencia del franquismo, sí, pero también paladea la gastronomía, disfruta de la sexualidad; de hecho, publicó Las recetas de Carvalho, que no hace otra cosa que materializar la cultura española. Dice: "Cuando empecé a escribir, uno de los paradigmas culturales de la izquierda era la austeridad: el placer representa la decadencia pequeñoburguesa. Al introducir la cocina y la sexualidad en mis libros, no empataba al burgués, sino al marxista". 


Como apunte curioso, Montalbán planeaba matar a Pepe Carvalho en una novela, pero en 2003 murió el escritor de un ataque al corazón en el aeropuerto de Bangkok. Así que Pepe Carvalho sigue vivo en algún lugar de sus novelas. Quizá siga por La rosa de Alejandría, o en El laberinto griego.


Por cierto, ¿os acordáis lo que pasó con la saga Millenium? Cuando Largson falleció, se le encomendó a David Lagercrantz la tarea de seguir con la saga (no estuvo exento de polémica), pues en este caso le ha tocado la tarea al escritor barcelonés Carlos Zenón. 






W

WINSLOW, DON


Este autor estadounidense de novela negra ha escrito grandes obras como Muerte y vida de Bobby Z o El invierno de Frankie Machine, El poder del perro, El cártel, algo así como Guerra y paz de las novelas sobre el narcotráfico, como dijo James Ellroy. Habla mucho de la droga en su narrativa; de hecho, afirmó: "Los estadounidenses se fuman hierba, esnifan la coca, se inyectan la heroína, se ponen ciegos de meta y luego tienen la desfachatez de apuntar con el dedo hacia el sur y gruñir sobre el "problema de la droga mexicana y la corrupción mexicana (...) En cuanto a la corrupción, ¿quién es más corrupto, el que vende o el que compra?"


También escribió La frontera, Ciudad en llamas, Ciudad en ruinas... Habla de la auténtica antigran novela americana con mucho talento (y técnica). Es un escritor tan prolífico que sus novelas sobre crímenes y misterios en torno a la droga se han convertido en unas de las más leídas el género. Como curiosidad, os diré que en el 2022, ganó el XVII Premio Pepe Carvalho (¿os suena?) que le otorgó el Ayuntamiento de Barcelona. 




Z

ZONA GRIS


Lo confieso, Pierre Lemaitre no habla de esta tal zona gris, pero yo la he querido sumar a la lista alfabética. Hablamos de zona gris en una novela cuando hay ciertos personajes, decisiones o situaciones que no son ni blancos ni negros, que no son totalmente culpables ni inocentes, sino que se presenta en ellos una ambigüedad moral. Por ejemplo, podemos ver este tipo de novelas de la zona gris en títulos como El largo adiós, de Raymind Chandler, Extraños en un tren, de Patricia Highsmith, El cartero siempre llama dos veces, de Jame M. Cain, Pasado perfecto, de Leonardo Padura o en las novelas de la inspectora Petra Delicado, escritas por Alicia Giménez Barlett.   


Este término donde el bien y el mal se entrelazan en los personajes tuvo su origen en las obras de Primo Levi que hablaban sobre el Holocausto, en concreto en su libro Los hundidos y los salvados (1986), donde aparece esa ambigüedad moral de los prisioneros que colaboraban con los nazis para sobrevivir, la línea entre víctima y verdugo se volvía difusa. 


En resumen, en la zona gris en la novela negra puede que la justicia no siempre coincida con la ley, que los policías pueden ser los sospechosos y los criminales los buenos. 



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¡Y hasta aquí el diccionario más molón sobre novela negra! Yo os aconsejo que lo leáis entero, porque he dejado fuera otras tantas letras que aportaban jugosa información. Por cierto, ¿conocéis alguna de estas novelas? Si queréis recomendar alguna novela negra que no esté en la lista, dejadlo en los comentarios. 


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