Editorial tradicional, autopublicación y coedición. Ventajas e inconvenientes

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¿Publicar o autopublicar?, ¿encargar mi novela a profesionales y subirla a portales como Amazon o mandarla a editoriales hasta conseguir un sí? Nada es blanco o negro. Ambas decisiones tienen sus pros y contras. En el camino te van a surgir obstáculos, tienes que estar pendiente de todo para que tu hijo predilecto salga lo más perfecto posible, con una serie de requisitos que no parecen muchos, pero, en algunas ocasiones, son imposibles cumplir por algunas partes. Esos requisitos son de los que hablaremos en el siguiente artículo: el contrato editorial, la corrección, el diálogo entre tú y el editor, la maquetación, el diseño de cubierta, cómo se gestionan las redes sociales o, hasta cierto punto, en qué medida influyen los seguidores que uno pueda tener. 


Para abordar estas cuestiones, he necesitado la presencia de algunos escritores que han pasado por La boca del libro. Algunos de ellos ha optado por la coedición o autopublicado por su cuenta (en ambos casos es pagar por tener un «buen» servicio editorial -maquetación, corrección, distribución, etc.-) y otros por una editorial tradicional. Todos, de cualquier manera, tienen una opinión formada sobre este sector, y aquí vamos a desvelarla. 


Estos son los escritores. Si queréis conocerlos un poco más, solo tenéis que pulsar en los enlaces. Allí también encontraréis sus redes sociales o sus webs de autor, donde aparecerán todos sus libros detallados, en caso de que queráis conocerlos más.


1) Josep Játiva. 1 autopublicado y 1 publicado. 

2) Arcadio Rodríguez. 3 libros publicados y 3 autopublicados.

3) Javier Valladolid. 1 libro autopublicado.

4) Calista Sweet. 12 publicados y 1 autopublicado.

5) Pablo García. 2 autopublicados.

6) J. Daniel Navarro. 1 publicado. 

7) Carlos Lozano. 4 autopublicados y 6 publicados.



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¿Por qué decides publicar así? 


Josep. Autopublicamos Agónico Carmesí en 2019 en formato digital. Tras un año, y con las buenas críticas que habíamos recibido de los lectores que se animaron a leerla, empezamos a pensar que una edición en formato físico podría ser una buena idea. Muchos lectores todavía no se animan a dar el salto al formato digital y nos pareció una buena forma de llegar hasta ellos. Buscamos una editorial que se interesase por ella y la encontramos


Arcadio. Llevo tres o cuatro años escribiendo cinco novelas por año. Resulta imposible encontrar editoriales para sacar todo. Ahora mismo tengo veinte novelas en espera. Trabajo con dos sellos editoriales a la vez y autopublico de vez en cuando. Sé que algunos consideran la autoedición un desprestigio… bien, circulen, yo no me meto en la vida de los demás, no vengas a decirme cómo tengo que llevar la mía, que no te he preguntado. Cuando publico de manera tradicional ha sido por un cúmulo de casualidades, que se resumen a encontrar la editorial idónea para una clase de novela concreta, pues como escritor toco muchos palos.


Javier. Tenía la ilusión de ver mi novela publicada, de difundirla y vender ejemplares. Probé suerte con editoriales tradicionales y, tras recibir muchas negativas para el primer volumen, escribiendo la quinta parte de la saga, acepté la oferta de una editorial que trabajaba en Amazon como autopublicación con editorial, ya que era la única oferta sobre la mesa.


Calista. Decidí publicar porque me apetecía compartir con el resto del mundo mis historias, que no se quedasen solo para mí.


Pablo. La primera vez (Porvenir) porque, como era mi primer libro, y además dentro de un género minoritario como la ciencia ficción, me pareció que había cero posibilidades de que una editorial apostara por mí. El segundo libro (Un oficio indiscreto) decidí también autopublicarlo porque quedé razonablemente satisfecho con el proceso de autopublicar, y además mi primer libro pasó totalmente desapercibido.


J. Daniel. Llevo escribiendo relatos desde 2007, y quería publicar un ensayo de mi tema preferido, el ferrocarril, para dar a conocer mis investigaciones que comenzaron a finales de los años noventa. No tenía claro qué editorial escoger y después de indagar, me decidí por esta, por los supuestos buenos comentarios: «craso error».


Carlos. Decidí autopublicar cuando me cansé de enviar originales a editoriales o representantes que nunca me respondieron.




¿Cómo recuerdas el proceso en general hasta que el libro sale al mercado?




Josep. El proceso fue más rápido de lo que pensaba. En primer lugar, descarté todas las editoriales que se denominaban «editoriales» pero que en realidad se dedicaban a la autoedición, y me centré en las pequeñas que editan a autores noveles. Les envié el manuscrito sin muchas expectativas debido a que nuestra historia no está enfocada a un público de masas. Para mi sorpresa, a los pocos días nos contestaron varias. Revisamos las condiciones y nos decantamos por la que nos pareció más transparente y, sobre todo, por la que respetaba el contenido de nuestra historia. Firmamos el contrato y nos pusimos a trabajar. En unos 6 meses, aproximadamente, el libro se puso a la venta en las librerías. 


Arcadio. Siempre hay nervios. Cuando autoeditas eres tú incluso el que elige la portada, cosa que no sucede cuando te publican y la imagen, parte fundamental, pues es algo a cuidar. Ese es un proceso que me gustaría controlar más.


Calista. Muy gratificante. Muy ilusionante.


Javier.  El proceso duró unos meses a lo sumo, con una corrección por mi parte y el repaginado. La editorial maquetaba, promocionaba, y, en teoría, ponía la portada, pero el editor escogió la portada que había hecho yo con el Paint.


Pablo. Duro trabajo (revisar, editar, maquetar, hacer la portada). Semanas/meses de trabajo obsesivo durante la edición de mi primera novela. Pero contento con el resultado. Con la segunda novela, contra todo pronóstico, fue todavía más costoso: infinidad de problemas técnicos para resolver… pero primero tener que aprender a resolverlos. 


J. Daniel. Con muchos altibajos, sobre todo nunca hubo comunicación directa, nunca hablé con ellos, todo por e-mail. Además, el libro se excedía de presupuesto por llevar cientos de fotografías a color. Tuve que «mutilarlo» y dejarlo a la mitad, al final se quedó mucho más corto de lo que a mí me hubiera gustado. 


Carlos. Los libros que he publicado requieren un gran esfuerzo hasta entregar los originales. Los libros que he autopublicado el esfuerzo es continuo porque tenemos que estar pendientes no solo de la escritura, sino también de la maquetación, de la portada, de la edición, de la versión digital, del precio, de la promoción, etcétera.





¿Has tenido alguna mala experiencia en alguno de los procesos?


Josep. La experiencia en general fue bastante buena. La editorial con la que firmamos respetó mucho el contenido del texto e incluso aceptó realizar una reversión del diseño original de la portada que realicé para la autopublicación, según mis pautas e ideas. Aunque seguimos pensando que hay demasiado poca sangre en el texto (risas). Cuando firmas un contrato no puedes controlar todos los aspectos de la cadena y pese a haber buena voluntad, trabajo y profesionalidad, siempre hay aspectos a mejorar que se deberían haber pulido. Aspectos que no afecta a la calidad de la obra, pero sí a la concepción artística del diseño.  


Arcadio. Por supuesto que sí. Tanto autoeditando como editando. La cuestión es dar con la persona acertada o equivocada, eso lo es todo.


Calista. El mayor escollo que me he encontrado ha sido el de la distribución en el caso de los libros en papel. A veces no han llegado en el momento en el que tenían que llegar, o no en la suficiente cantidad.


Javier.  La maquetación estaba bien. La corrección, intenté que saliera lo mejor posible. Sobre la promoción, el editor sacó el libro en una semana en que tenía otras ocupaciones; lo que me dio muy mala espina y fue, lógicamente, contraproducente, pues apenas puso un mensaje o dos en la página de la editorial sobre la obra y yo estuve en plan pesado tratando de moverla. De hecho, no tuve ningún tipo de presentación física hasta 2018, cuando el libro había salido en 2014, y llevaba en España desde junio de 2014, con el contrato firmado, al menos, desde marzo, aludiendo a la imposibilidad de reunión por ser una editorial de Barcelona y yo vivo en una ciudad de Madrid. Los reseñadores los tuve que buscar yo. La editorial tuvo un papel bastante reducido, se limitó a maquetar, muy baja promoción.


Pablo. Sobre todo problemas de formato, momentos desesperados. Finalmente salió todo bien. 


J. Daniel. El peor, sin lugar a dudas, el de la corrección; fue mediocre y me dejaron algún fallo en el texto definitivo. Eliminaron, sin mi consentimiento y sin dar un motivo, dos gráficos que los consideraba especialmente importantes. La maquetación mejorable. El diseño y la terminación del libro excelentes.



 


    



¿Nos puedes hablar de las condiciones del contrato para que los escritores que nos lean y estén pensando en editar bajo un sello editorial se hagan una idea?


Josep. Hay que tener claro que este tipo de editoriales «pequeñas» no editan el libro de forma gratuita. Es una coedición que tiene un coste que depende del número de páginas. Tienes los mismo servicios que una editorial de renombre: corrección de texto, diseño de portada y contraportada a gusto del escritor, mantienes los derechos de la obra, asesoramiento en todo momento, distribución de los ejemplares, porcentaje de los royalties por la venta de cada copia, organización de eventos para la presentación de la novela, entre otros. Pero, ojo, esto no quiere decir que firmas el contrato y te despreocupas, el autor tiene que estar pendiente en todo momento de cada una de las fases. Es un trabajo conjunto.


Arcadio. Yo he firmado con tres editoriales tradicionales y tengo tres contratos distintos. Lo habitual es ceder los derechos de tu novela de 5 a 10 años. A cambio, te pagan con 10 libros al inicio, el resto los puedes comprar con un descuento que oscila entre el 30 y 50 % de venta al público y lo de liquidarte… pues bueno, depende de las ventas. Yo tengo algún libro del que no me han pagado ni un euro. Para la autoedición solo hay un consejo: «Las palabras se las lleva el viento, por favor, dame las condiciones por escrito».


Calista. Trabajo con diferentes editoriales y cada una tiene sus condiciones particulares, pero en líneas generales se trata de compartir el trabajo a todos los niveles, todos ponemos esfuerzo y todos repartimos beneficios


Javier.  Era un contrato por un año, la editorial se llevaba el 50 % y yo el otro 50 %, siendo creados los libros con el sistema de Amazon de producción bajo demanda. Mi obra formaba parte de su catálogo y tenía su sello, lo que daría prestigio. El tema de la traducción, la adaptación cinematográfica y demás iba aparte. De hecho, intentó convencerme de que estudiara catalán desde cero hasta nivel nativo solo para traducir mi propia obra y moverla por editoriales. Al cabo de un año, decidí no renovar y el editor aceptó mi decisión, no sin realizar ataques personales. Como Amazon no me dejó mantener la editorial en su catálogo sin esa editorial, la publiqué de nuevo por mi cuenta, en la plataforma lulu.com, donde está actualmente.  


J. Daniel. Esta editorial se exime de todo: si hay errores ortográficos, fallos de diseño, de impresión, maquetación…, el único culpable es el autor. El tema monetario, los distintos precios, servicios adicionales y sobrecostes, queda muy claro y especificado. 


Carlos. Depende de cada editorial. Por lo general son convencionales, pero siempre favorecen a la editorial. Las regalías suelen ser un 10 % de las ventas si se llegan a vender un número determinado de libros, por lo que se recibe siempre es menos (8%). Suelen hacerse con los derechos de impresión en papel y digital, por lo que poco puedes hacer con tu propio libro, excepto promocionarlo. Con la autopublicación en KDP de Amazon puedes llegar a tener un 70 % de regalías. Ojo: hay muchas maneras de autopublicar. Muchas empresas se dedican a esto y tienes que pagar para conseguirlo. Cuando yo hablo de autopublicar me refiero exclusivamente a KDP de Amazon.



¿El corrector respetó el texto íntegro?


Josep. Las correcciones fueron solamente ortográficas y hubo algunas modificaciones de tiempos verbales. Respetaron el estilo desenfadado de la novela y el tono oscilante entre romántico y descarnado con el que la protagonista narra la historia. 


Arcadio. Sí, en todos los casos, aunque en una ocasión retocó un poco de texto… y se le coló una falta ortográfica que no había en el texto original. Poca cosa, ni me cabreé. Todos podemos cometer un error en un momento dado.


Calista. Sí, aunque a veces encuentras sugerencias para mejorar o fortalecer algún punto. Yo me suelo dejar guiar, pero si alguna vez no he estado de acuerdo lo he fundamentado. Al final, prima la opinión del autor.


Javier.  Yo fui mi propio corrector. Apenas corrigió nada del texto, con la excusa de que yo también soy filólogo. 


J. Daniel. Su trabajo consistió en indicar las posibles faltas y el autor podía sobrescribir en esas palabras. En todo lo corregido, la última  palabra siempre la tenía el autor, si algo no lo cambiaba, se quedaba así. En el índice omitieron algunos epígrafes.


Carlos. Suelen ser profesionales muy competentes, en términos generales.




                          

















¿Estuviste de acuerdo con la editorial en todo momento? 


Josep. Como teníamos que aprobar cada una de las fases del proceso, las modificaciones se iban realizando conforme iban surgiendo. En ese aspecto la editorial era muy comprensiva y se mostraba abierta a todas nuestras propuestas durante el proceso de edición. Uno de los aspectos que no me terminó de gustar, es el hecho de que una vez aprobadas las correcciones finales del texto, si aparecían erratas serían culpa del autor. Esto es algo que aceptamos al firmar el contrato.


Arcadio. Si pago mando, pero si alguien pone su dinero manda él. Así que no, no siempre estás de acuerdo con todo. Incluso pagando uno se lleva sorpresas, como que no cuadren las cuentas a la hora de liquidar ganancias.


Calista. Sí. En las editoriales hay buenos profesionales que tienen experiencia en su campo. Yo soy bastante activa y hago propuestas constantemente (portada, sinopsis...). Hasta ahora, me han escuchado siempre. Aunque como he apuntado también me dejo aconsejar. Lo importante es que exista un feedback, que todo el mundo aporte.


Javier.  Para nada. No entendía cómo se implicaba tan poco en la promoción y cuidado de la obra. Solo ganaba con mis familiares y conocidos, cuando podía ganar mucho más poniendo realmente de su parte en cuidar la obra y la promoción. Tuve algún comentario personal sobre la obra que me hizo darme cuenta de que no estaba en las mejores manos. 


J. Daniel. No, eché en falta algún tipo de asesoramiento. Nuestra relación fue la misma que tengo con mi cajero automático: pulso el botón y el cajero ejecuta. Hay conceptos que no se han cumplido del contrato: agente literaria, documental y entrevista personal. Han sido inexistentes.




¿Estás contento con la distribución de tu libro? 


Josep. Todavía estamos inmersos en la promoción y, como a todos, nos ha pillado el COVID-19 de lleno. Estamos un poco desubicados en este tema. En nuestro caso la tirada es pequeña, unos 300 ejemplares y nos consta que está disponible en librerías físicas por diferentes puntos de España. En otras hay que solicitarla al librero para que el distribuidor les envíe una copia. De momento, estamos contentos. 


Arcadio. Me he llevado cabreos, de esos en que te vence la frustración, agarras el borrador y lo revientas contra la esquina de un mueble, tanto con editoriales tradicionales como con sellos de autoedición. Mi novela, El vendedor depalabras, trataba un poco de eso. Reconozco que mis ambiciones son pequeñas, por eso me vale autoeditar, que es algo que limita la difusión… aunque en cierta ocasión una novela salió con editorial tradicional y, no me pregunten pues no sé, que nada más ser impresa allí mismo murió por falta de promoción. Han pasado algunos años y continúo sin comprender lo que sucedió. No entiendo que gastes tu dinero en una novela para dejar la mitad de la tirada empaquetada en cajas. Será para desgravar, digo yo.


Calista. Cada libro ha seguido un camino diferente. Como antes comenté, ese ha sido el talón de Aquiles en algunos casos. No en todos.


Javier.  En absoluto. El libro tuvo la distribución exclusiva en Amazon de un modo bastante limitado, con más descargas gratuitas promocionales que ventas. 


Pablo. No. Esta es la parte más delicada. Es muy difícil dar a conocer tu obra. El nivel de difusión es subterráneo.


J. Daniel. La distribución la he hecho yo solo, sin ayuda.


















¿Las redes sociales te han servido para vender?


Josep. No uso las redes sociales con frecuencia, pero sí, sin duda es un muy buen medio para promocionar la novela. Nosotros hemos hecho entrevistas por Instagram Direct, por ejemplo. Es el medio actual que tenemos para llegar al mayor público posible sin invertir dinero. Hay que buscar un equilibrio entre tu novela y tú, sin quedar como un prepotente hablando a todas horas de tu obra. En ese caso, con Agónico Carmesí, Laura y yo no somos muy pesados por las redes. Compartimos información referente a nuestra historia cuando creemos que es relevante. No bombardeamos con mensajes de cómpralo ya o ya a la venta, no te lo pierdas.

Y aprovechando esta pregunta, te reformulo yo una María, ¿para cuando unos Instagram Direct con los autores que entrevistas? Sería muy interesante (María: Lo tendré en cuenta para futuras entrevistas).


Arcadio. Sí, pero poca cosa. En un caso como el mío, pequeño donde los haya, siempre ha influido más el boca a boca. Hay muchos servicios de promoción, un negocio en sí mismo. Creo firmemente que todo el mundo involucrado en el proceso de un libro gana más dinero que el propio escritor. Igual que los agricultores o ganaderos.


Calista. Mucho. La presencia en redes es importante, hay mucha actividad y, si no participas, pierdes visibilidad.


Javier.  Han servido en algún caso muy puntual, pero la mayor parte han sido familiares y conocidos previamente.   


Pablo. Algo ayuda, si no estás presente en RR. SS. aún es más difícil. Pero para nada es la panacea, estar en ellas no es garantía de nada. Es una serpiente que se muerde la cola: si no tienes seguidores de partida estás perdido. Pero ¿cómo conseguirlos? ¡Ay!


J. Daniel. Por supuesto, hice por mi cuenta una entrevista por videoconferencia en internet, y otra en televisión que también se subió a las redes sociales y grupos de Facebook, y amigos que han compartido mi libro.


Carlos. En la autoedición es lo único que tienes a tu alcance. Es verdad que puedes profesionalizarlo y entrar en el mercado de la competitividad. Yo, por ejemplo, tengo una página web, lacontracorrientedelgolfo, para promocionar mis novelas. Cada vez que promociono mis novelas uso mi cuenta de Facebook, la cuenta de la contracorriente del Golfo en Facebook, mi cuenta de Linkedin, mi cuenta de Instagram, mis contactos de WhatsApp…



¿Volverías a publicar así? 


Josep. Es muy pronto para contestar esta pregunta. No me cierro a la posibilidad, pero creo que primero sería bueno realizar una autoedición en digital, someter a prueba la novela y después lanzarse a la caza de alguna editorial que te ofrezca algo interesante. 


Arcadio. En 2019 me publicaron dos novelas, en 2020 he autopublicado una y para 2021 me publican otras dos, con permiso del coronavirus, que la cosa está jodida y los que ponen la pasta me dicen que hay que esperar a que la situación mejore. Sigo sin entender de egos, me la sudan los reconocimientos y las medallas que se cuelgan algunos sin haberlas ganado, solo soy práctico y compaginaré una y otra forma de edición dependiendo de las necesidades artísticas que tenga en cada momento.


Calista. Sí. He probado la autopublicación y tampoco descarto volver a autopublicar. Pero yo me siento cómoda con el respaldo de un equipo editorial, me gusta la sensación de forma parte de un proyecto.


Javier.  Si no tuviera otra opción, antes la publicaría por mi cuenta y haría un curso de maquetación, o contrataría a un maquetador y otros servicios editoriales que volver a firmar un contrato de ese tipo, que prometía mucho y luego, en la práctica, daba muy poco. 


Pablo. Con el segundo libro llegué a la conclusión de no volver a autoeditar si puedo evitarlo. Puede que sí autopublicaría, seguramente. Pero la edición, corrección, etc., me gustaría ponerla en manos de profesionales.


J. Daniel. Puede que sí, aunque con ellos por supuesto que no. Para lo que han hecho, lo hubiera encargado a la imprenta de mi barrio.


Carlos. Al publicar un libro en una editorial convencional tienes que pasar por muchos filtros, y el tiempo de espera (decisión, producción, publicación) se puede hacer eterno. Con la autopublicación eres libre para diseñar proyectos que incluyan varios libros en una serie o colección. En La contracorriente del Golfo, por ejemplo, ya llevo tres novelas y estoy a punto de terminar la cuarta. ¿Qué escritor en qué editorial puede tener un proyecto parecido?




¿Qué cambiarías del proceso de edición actual? 


Josep. Para mí, lo más destacable (y digo esto de forma generalizada) sería que las editoriales asumieran los problemas que aparezcan tras la edición final. 


Arcadio. En algunos casos, más comunicación entre el autor y el editor, para saber en todo momento lo que se hace con el texto, evitar errores de última hora y pactar una portada que nos convenza a todos.


Calista.  Me gustaría que se pausase un poco la producción. Salen demasiados libros a la vez, la oferta supera a la demanda y esto hace que sea muy difícil competir. Las novedades duran poco, todo es demasiado efímero. A veces no podemos eludir la sensación de que el resultado no compensa el esfuerzo.


Javier.  El problema de la autopublicación es la enorme competencia y la necesidad de servicios editoriales extra con recursos que el autor no posee necesariamente. El problema de la edición son los plazos, la gran cantidad de manuscritos que hay, que colapsan las lecturas profesionales, en listas de espera largas, la escasez de agentes literarios y la gran dificultad para que acepten obras que se salgan mucho de lo convencional.


Pablo. Lo más difícil es maquetar la cubierta para el libro físico. Encontrar una portada atrayente es posible en distintas bases de imágenes que puedes comprar, como fotosearch.es. El diseño de portada mejor que lo haga un experto en diseño también.


J. Daniel. Menos mercantilismo y más apoyo y mimo a los autores.


Carlos. Nos guste o no, la autoedición es el futuro porque pone al emisor y al receptor, al escritor y al lector, al enseñante y al aprendiz en línea directa, sin intermediarios. Las rutinas profesionales de la industria editorial se convierten en obsoletas dado que las nuevas tecnologías han cambiado las formas de escribir, de leer y, por lo tanto, de actuar y de pensar.



   Arcadio Rodríguez
















¿Vale la pena invertir tiempo en redes sociales o dedicar ese tiempo a mejorar tu escritura, leer y mejorar como escritor?


Josep. Sin lugar a dudas, mejor invertir el tiempo en leer y mejorar la escritura. Si uno quiere aprender a escribir, lo que debe hacer es practicar. La fama viene después, no antes. Si lo que quieres es hacerte un escritor de renombre y empiezas primero por buscar la fama… algo va mal. 


Arcadio. En mi caso, un rotundo no a emplear tiempo en decirle al mundo que tengo una nueva novela. Cualquiera que me siga en alguna red social verá que tengo un perfil bajo, muy bajo. Desde hace tres años vendo el mismo número de novelas, y dedico diez o cien minutos a promocionarlas.


Calista.  Dedicar tiempo a las redes sociales también te ayuda a crecer como escritor. Facilita los contactos, te abre a la gente, te conecta a personas con las que puedes compartir y de las que puedes aprender. La clave está en saber administrar el tiempo y dar prioridad al proceso de escritura cuando es necesario.


Javier.  Ambas cosas hacen falta y es muy difícil llegar a todo, pero hay que intentar ambas cosas y, si se puede, dedicar recursos a contratar los servicios de terceros para facilitar las cosas. 


Pablo. Creo que no debes descuidar las RR. SS., pero llevarlas adecuadamente implica demasiado tiempo. Cada vez estoy más convencido de que lo mejor que puedes hacer es dedicarte a escribir. Si eres capaz de escribir cuentos o relatos cortos puede ser una buena opción, participando en concursos y tal. Una novela lleva demasiado tiempo escribirla. Siempre se recomienda tener un blog de escritor, pero nunca lo he hecho porque considero que estamos en las mismas: ¿cómo consigues que la gente visite tu blog? Y más teniendo en cuenta que si cada escritor tiene su propio blog te pierdes en un océano. Estoy abierto a otras opciones, como tener un podcast. Últimamente se lleva abrir cuenta en Patreon.com pero tampoco lo he hecho. 


J. Daniel. Sí merece la pena, es un escaparate que te amplía sobremanera la difusión/publicidad de tu libro; sin desmerecer la exquisitez del contenido.


Carlos. Ahora es algo inevitable. Los libros se socializan como los restaurantes y los hoteles. Los comentarios de los usuarios pueden ser determinantes. Personalmente me gustaría dedicar menos tiempo a las redes sociales y más a la escritura y a la investigación.





En los tiempos que corren, parece ser que se da más importancia al número de seguidores (potenciales clientes) que a la calidad de la obra. ¿Qué piensas al respecto?


Josep. Esta pregunta da para un reportaje (risas). Las grandes editoriales han visto en los youtubers, influencers y demás famosos de las redes una forma rápida de ganar dinero. Antiguamente, para que te fichara una gran editorial tu manuscrito debía ofrecer originalidad y calidad narrativa. Hoy en día te fichan por el número de seguidores incluso, sin tener la novela escrita, ni siquiera vocación de escritor. 


Vale que las reglas del juego han cambiado, pero no a mejor. El mensaje que reciben los jóvenes es el siguiente: «No estudies, hazte primero famoso en las redes y después dedícate a lo que quieras». A escribir se aprende escribiendo, no publicando tu vida o lo mucho que lees por las redes. Leer no te hace escritor, del mismo modo que mirar cuadros no te hace pintor. Si a ello le sumamos que los que se supone que respetan la profesión, las editoriales de renombre, prestan más atención a los influencers que a los propios escritores, hacen que uno comprenda el descenso en calidad literaria de los últimos años. 


Arcadio. Por supuesto que sí. Un libro es un producto y los productos se venden gracias a la promoción. ¿A quién le importa la calidad? Una mierda, mañana se habrá olvidado todo, salvo lo que vendiste. Piensa en Hollywood, una meca en cuanto a dinero se refiere. Allí tienen un dicho para actores y directores: vales lo que recauda tu última película. 


Calista.  Es un reflejo de lo que sucede en nuestra sociedad. Nos hemos vuelto algo superficiales, prima la apariencia sobre el fondo.  


Javier.  Pienso que hay que cuidar la obra por amor propio y unos estándares de calidad, pero que, más que nunca, las editoriales son negocios que van a vender lo que el lector/comprador de libros busque, a pesar de la influencia notable del marketing y, cada vez menos, dedicar esfuerzos a sacar una obra de rentabilidad media para tener el prestigio de haberla publicado, buscando como rentabilizarla. Si el lector/comprador busca un libro que destaque por su calidad, las editoriales harán que eso predomine. Si el lector/comprador prefiere que predominen otras cuestiones como la popularidad del autor, que la obra, incluso teniendo una calidad literaria menor, les resulte más entretenida o fácil de leer, la editorial va a buscar lo que le dé dinero y le permita mantenerse.   


Pablo. Por supuesto, cuanto más seguidores tengas, mejor. Si tu obra es muy buena pero nadie la conoce, no se va a vender. Si tienes muchos seguidores tu obra se venderá más aún teniendo menos calidad, creo. Es como preguntarse «¿dónde prefieres que publiquen una reseña de tu libro, en un blog con muchos seguidores o en uno con poquitos?» ¿A cuál de los dos le enviarías un libro en papel o contratarías servicios de promoción?


J. Daniel. Todo tiene su importancia y todo está relacionado. Para tener potenciales clientes y éxito, pienso que tiene que haber una buena obra, con una buena presentación (diseño y maquetación) y una excelente corrección. Yo he leído a mucho autor local, con libros editados muy interesantes en contenido, pero sin corregir y con faltas, pésimamente maquetado, que te echan para atrás. 


Carlos. Yo tengo un amigo que le gusta leer mis novelas, sin embargo, cada vez que me lo encuentro me pregunta: «¿Qué tal las ventas de tus libros?». Y yo le respondo con otra pregunta «¿por qué no mejor me preguntas qué estoy escribiendo?». El escritor, para este amigo, no vale por lo que escribe sino por lo que vende. Lo mismo pasa con los investigadores y ensayistas, quienes publican para buscar los reconocimientos, en lugar de publicar para dar a conocer sus conocimientos.




RESUMEN



 PUBLICACIÓN: VENTAJAS E INCONVENIENTES
➣ Te aligeran trabajo.
➣ Equipo de expertos a tu disposición.
➣ Arriesgan el capital.
➣ Presentaciones en librerías de renombre.
➣ Tu trabajo adquiere más valor.
➣ No controlas todo el proceso.
➣ Te sometes a sus plazos (publicar, cobrar derechos).
➣ No te llevas todo lo que ganas.





AUTOPUBLICACIÓN Y COEDICIÓN: VENTAJAS E INCONVENIENTES
➣ Controlas todo el proceso.
➣ Eres dueño de tu obra.
➣ Las ventas son solo para ti.
➣ Difusión, promoción y distribución.
➣ No pasas por ningún filtro para juzgar tu obra.
➣ Necesitas diseñadores, correctores, etc. 
➣ Hay que invertir mucho tiempo en la promoción.
➣ Tu ganancia depende de los libros que vendas.




Quería dar las gracias a los autores que han participado en las entrevistas. Sobre todo a Josep Játiva por darme la idea de poner sobre la mesa estas cuestiones. Ahora, vosotros, lectores, tomad vuestras propias conclusiones, ¿os ha pasado algún testimonio de los que han contado?, ¿os han ayudado a esclarecer vuestras dudas con vuestra novela? Si queréis contar vuestro caso, ya sabéis que podéis dejarlo en los comentarios. 

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