P.- ¿De qué trata Ríos de desolación, Luis?
Ríos de desolación es la tercera parte de la saga Los lazos invisibles, una historia que bascula entre la novela negra y la novela
histórica, ambientada en la inmediata posguerra. En esta novela, los personajes
principales: un policía republicano y otro franquista, han de colaborar para
resolver una serie de crímenes en Barcelona, relacionados con un brujo,
supuestamente fallecido en el siglo XVII. La historia me permite realizar un
recorrido por el papel de las brigadas internacionales en la guerra civil
española (especialmente la Brigada Lincoln), el exilio republicano, los campos
de refugiados en Francia y la Bolsa de Bielsa.
P.- Como has dicho, es la última parte de la saga Lazos invisibles. Háblanos
de ella y de cómo se enlazan las tres historias.
Es la última parte publicada, pero la saga consta de cuatro novelas. La cuarta y última saldrá el año próximo. Decidí crear una novela
negra en el contexto de la guerra civil. Finalmente, me di cuenta de que explicar
la guerra civil, un tema tan complejo, en una sola novela era algo muy difícil,
por no decir imposible. Finalmente, decidí escribir una saga en la que dos
policías (uno de cada bando) tendrían que trabajar de manera conjunta para
resolver crímenes complicados. De esa manera podría trabajar aspectos de la
guerra civil y de nuestra historia reciente de manera transversal.
P.- ¿Qué tratas en cada novela?
En la primera novela, Cicatrices del desastre, trato el desastre de Annual y su relación con el inicio de la guerra. En la segunda novela, Tras el fuego las cenizas, hablo de la retaguardia republicana, el movimiento anarquista, el comienzo de la guerra civil y el famoso oro de Moscú. Como ya he dicho, en Ríos de desolación, trato el tema de las Brigadas Internacionales, los campos de refugiados en Francia y la Bolsa de Bielsa. En la cuarta novela, todavía no publicada, menciono las relaciones entre Franco y Hitler, el wolframio y la participación de los republicanos españoles en la Resistencia Francesa.
»Todas las historias se enlazan a través de las
investigaciones que realizan los policías. El título de la saga, Los lazos
invisibles, no es casual. Hay una serie de historias que afectan a los
protagonistas de las novelas, de manera que la resolución de los casos lleva
implícito el descubrimiento de aspectos que afectan a la vida de los mismos.
P.- Has escrito una saga histórica y policial. ¿En qué
momento de la historia la has ambientado y por qué?, ¿qué te atrae de ese
momento histórico?
Decidí escribir esta historia de manera casual. El origen
está en un trabajo escolar de mi hija sobre el psiquiátrico de Reus. Hojeando
los libros que trajo a casa, descubrí que había sido un campo de prisioneros
republicanos durante el año 39. A causa del frío que hacía, los presos quemaban
las puertas y ventanas de aquel edificio modernista. Aquella imagen me afectó
de tal manera que tomé la decisión de escribir una novela negra en aquel
contexto histórico. Fruto de aquel impulso y de muchas investigaciones, surgió
la saga de Los lazos invisibles. En general me atrae la historia y los
contextos históricos agitados. Me interesa la interacción de la persona
corriente en ese momento bullicioso y complejo.
P.- ¿Cómo fue toda la labor de documentación? Háblanos de
algunas de tus fuentes.
Después de decidir escribir la historia, todavía pasé
bastante tiempo documentándome. La documentación ha de ser muy fiable para
dotar de verosimilitud a la novela. Fue muy complejo todo este proceso. Busqué
información en bibliotecas, libros, revistas, internet, etc.
»En el caso de Ríos de desolación, tuve que buscar
información muy específica sobre la Brigada Lincoln. En este caso me basé
bastante en el libro de Peter N. Carroll, Odisea de la Brigada Lincoln. Junto a
esta obra, necesité de muchas páginas web sobre el tema. Otras fuentes de
información hacían referencia al exilio republicano. Para ello leí bastantes
libros sobre el tema, fui al Museo Memorial del Exilio en La Junquera y recorrí
la ruta que había realizado hacia el exilio el gobierno republicano. Para
situar a algunos personajes femeninos en campos de concentración franceses me
volví loco buscando un libro descatalogado titulado Dones a l’infern, de la ya
fallecida Elisa Reverter, donde narra sus experiencias en el campo de
Couiza-Montazels. Para explicar los hechos sucedidos en la Bolsa de Bielsa recurrí
a libros muy específicos sobre el tema como son los libros publicados por el
Centro de Estudios de Sobrarbe. También realicé, junto a otros compañeros de la
zona, el recorrido que hicieron los civiles en abril de 1938 hasta la frontera
francesa. En otro viaje, atravesamos la frontera con Francia por la parte de Bielsa
y estuvimos hablando con personas que habían vivido aquellos hechos y que
vieron aparecer, de un día para otro, a miles de personas, huyendo de los
bombardeos fascistas.
P.- Has acudido a muchas fuentes, por lo que leo.
Bueno, estas son algunas pinceladas por lo que respecta a la documentación sobre hechos históricos que aparecen en la novela. Luego tenemos que tener en cuenta que hay otros documentos para completar la trama de novela negra relacionada con la brujería. Para ello me ayudé de los libros de Ernesto Milà sobre los Misterios de Barcelona, o de libros más específicos relacionados con la brujería en Catalunya, incluyendo El gran grimorio, del papa Honorio, un libro de conjuros y exorcismos para dominar a los espíritus de las tinieblas escrito en el siglo XIII. Tengo que decir que, cuando escribo una novela, intento que mis fuentes de documentación sean exhaustivas y rigurosas.
P.- Las tres cubiertas siguen un estilo muy parecido. ¿Las elegiste tú?, ¿quién fue tu portadista?
Además de escritor, también pinto cuadros y he realizado
múltiples exposiciones. La primera portada está realizada, junto con un amigo
de mi hija, a partir de una fotografía que yo realicé. A partir de esa idea, la
diseñadora de la editorial acabó de montarla tal como se ve ahora. En los
libros que continúan la saga, quisimos seguir con el mismo estilo. He de decir
que, tanto en la segunda como en la tercera, realicé indicaciones sobre los
elementos que quería que aparecieran en la portada, y la diseñadora,
rápidamente, dio respuesta a estas indicaciones. El objetivo era que se
visualizara una misma línea en las portadas.
P.- Has empezado a publicar de mayor, pero ¿alguna vez, de
joven, pensaste que podrías llegar a publicar un libro?, ¿cuáles eran tus
inquietudes a este respecto?
Ya escribía historias de adolescente y siempre pensaba
que me gustaría publicar un libro, pero era un deseo que quedaba en el aire
acuciado por otras preocupaciones como el trabajo, la familia, posteriormente
la pintura, etc. Cuando descubrí que el psiquiátrico de Reus había sido un
campo de prisioneros, una chispa se encendió en mi cabeza. ¿Por qué no?, pensé.
Esta podía ser la historia que siempre había querido escribir. Y ahí comenzó
todo.
P.- Supongo que te gusta leer este tipo de género (histórico
y policial). ¿Qué novelas de cabecera crees que son esenciales para entender el
género?
A mí me encanta leer estos dos géneros. Diré cuáles son mis lecturas de cabecera. Ken Follet con todo lo que significa para la novela histórica, tanto su saga de los Pilares de la Tierra como la del siglo XX. Ruiz Zafón porque creo que consigue una ambientación excelente de una Barcelona que ya no existe. Yo he intentado recrear esa ambientación en mis historias. John Connolly, como escritor de novela negra con toques fantásticos. Es un escritor que me encanta y que presenta un mundo muy oscuro y tenebroso.
P.- ¿Qué novelas te han influido para escribir esta saga?
Destacaría dos. La verdad sobre el caso Savolta, una excelente novela de Eduardo Mendoza sobre la Barcelona de la segunda decena del siglo XX en la que el pistolerismo y las revueltas sociales marcaban el ritmo de la ciudad. La piedra lunar, de Wilkie Collins. El autor, contemporáneo de Charles Dickens, nos presenta una excelente novela donde la intriga y el misterio planean por toda la obra. De hecho, es considerada probablemente, la primera novela policiaca. Lo que me gusta de ella es que, cuando parece que ya se ha resuelto el caso, el autor es capaz de dar otra vuelta de tuerca sorprendiéndonos a los lectores.
P.- Has publicado con la Editorial Carena. Pero ¿cómo fue el
proceso hasta que te aceptaron el manuscrito?, ¿lo enviaste a muchas
editoriales? Cuéntanos un poco.
El proceso ha sido muy complicado. La primera novela de
la saga fue publicada por una editorial anteriormente, hasta que vi que, una
vez publicada y que tú te hacías cargo de 100 ejemplares (que vendí en la
primera presentación), se olvidaban de ti y la novela quedaba apartada. Cuando
acabé el contrato la volví a enviar a muchas editoriales. Algunas no te dan
respuesta, otras te dicen que no entra dentro de su línea editorial pero, si lo
deseas, puedes publicar con ellos en un sello de autoedición (una trampa para
que corras con todos los gastos). En alguna editorial me dijeron que no podían
asumir el costo de una novela de más de 800 páginas. Finalmente, Carena me
propuso publicarla en sistema de coedición. Eso significa que yo compro 100
ejemplares, pero también me permite intervenir en el proceso de edición de la
novela (como es el caso de la portada) y eso me gusta. Afortunadamente, mis
novelas gustan mucho y en una o dos presentaciones puedo recuperar la inversión
realizada.
P.- ¿Alguna vez pensaste en enviar tu manuscrito a una agencia
editorial?, ¿por qué?
Lo envié a agencias editoriales, pero todas decían lo mismo. Estaban saturadas de manuscritos y no aceptaban otros.
P.- Sobre tu experiencia en el sector, ¿qué crees que
debería cambiar en la industria editorial?
Esta pregunta es muy compleja. Veo que queda poco espacio para las pequeñas editoriales. El mercado se lo han comido entre Planeta y Penguin, que absorben la mayor parte y obstaculizan el crecimiento de las pequeñas editoriales. Las pequeñas editoriales como Carena tienen muchas dificultades para mantenerse en este mercado tan competitivo y saturado a la vez.
»Por otra parte está la autopublicación que es un mundo
aparte y es una opción a la que cada vez más optan muchos autores. La
autopublicación te permite una autonomía que las grandes editoriales no suelen
dar. Pero esto tiene su cara y su cruz. Junto a excelentes autores que
autopublican (a menudo mucho mejores que otros publicitados por grandes grupos
editoriales) hay otros de muy poca calidad. Ello es debido a la facilidad con
la que se puede publicar. Creo que una obra ha de pasar por unos filtros,
especialmente en la corrección y revisión de la obra. Y eso es algo que no todo
el mundo hace.
»De todas formas diría que el poder está en los lectores y
los animaría a arriesgarse con autores poco conocidos, autopublicados o de
pequeñas editoriales. Se sorprenderán. Hay mucha calidad.
P.- Vamos a por las dos recomendaciones literarias. La primera es de una novela histórica, y la otra de una novela que no tenga nada que ver con este género. ¿Qué dos novelas no nos podemos perder?
Ya que anteriormente he hablado de escritores clásicos o consagrados, ahora hablaré de promesas, autores que no son tan conocidos pero que tienen una gran calidad literaria. En cuanto a novela histórica, mi recomendación es para José Antonio Devesa, gaditano afincado en Las Palmas de Gran Canaria. Está escribiendo una saga de novelas históricas sobre la Marina española en el siglo XVIII. Recomiendo sus novelas: Cartagena de Indias, Viaje Redondo, El prisionero de Tolón. Ahora acaba de sacar Misión en Inglaterra. Sus historias recuerdan mucho a las de Patrick O’Brien y les encantará a aquellos que busquen una buena novela histórica muy bien documentada.
»Otras novelas muy diferentes son las de Rocío Acuña, que con
apenas tres novelas ya ha demostrado de lo que es capaz de hacer. Son novelas
duras, inquietantes, que oscilan entre la novela negra y la de terror, creando
un estilo propio muy característico y una atmósfera angustiosa e inquietante en
sus obras. Recomiendo La bodega, Lo que hice por ti o Cuando la vida asusta.
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