10 novelas para disfrutar de la piscina

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Madre mía, lo felices que nos hace un agujero excavado en el suelo relleno de agua dulce. ¿Por qué la piscina parece sacarnos de la tristeza en un segundo? Las emociones que una siente son tan placenteras: alegría, entusiasmo, paz, sosiego... Nada que ver con quedarse en casa con las persianas bajadas y un ventilador que da vueltas haciendo bailar al aire caliente. No se puede hacer nada más que quejarse del calor, y a duras penas sobrevivir. Pero en una piscina... ¡ay, amigos, en una piscina...! Allí se puede vivir, dormir, relajarse, leer a pierna suelta y remojarse el culete cuando a una le plazca. Y es que, como dice Anabel Vázquez en su libro Piscinosofía, (Libros del K. O., 2023) "todo el mundo sonríe en el bordillo de una piscina".


Al igual que nuestro oído está entrenado para percibir sosiego cuando escucha el trinar de los pájaros en un bosque, el cuerpo se relaja cuando está en una piscina. No obstante, no es sorprendente descubrir que muchas de las novelas donde la piscina actúa como excusa para contar una historia atesoran cadáveres flotando en la superficie; aunque en otras podemos descubrir que las piscinas constituyen un espacio de sosiego donde dos personas se encuentran para hablar sobre sus problemas. No todo iban a ser cadáveres, oiga. 


Vamos a ver con qué novela te quedarías. ¿Has cogido el bañador ya? ¡Pues adelante!



1) VÍNCULOS FAMILIARES. En la piscina. Los nadadores van y vienen en el agua. No saben que su rutina personal, privada y silenciosa, es una pieza fundamental de un engranaje invisible y siempre en equilibrio. De pronto, una grieta aparece en el fondo de la piscina. Expulsados del agua, arrojados a un mundo seco, deberán afrontar la realidad. Y también tendrá que hacerlo Alice, cuyos recuerdos se empañan cada vez más. El agua era la última defensa. Ahora su hija ha vuelto, para ser testigo de las propias grietas en su relación y para compartir ese vínculo entre madre e hija que nunca entendieron ni supieron que existía. 


2) SUSPENSE FAMILIAR. Casa de verano con piscina. El próspero médico de cabecera en Ámsterdam, Marc Schlosser, ejerce su profesión con cierta dosis de cinismo. Su nutrida clientela valora especialmente el tiempo que dedica a las consultas, pero esta aparente generosidad esconde unas intenciones menos nobles, que Marc disimula con habilidad. Cuando uno de sus pacientes, el famoso actor Ralph Meier, lo invita a pasar unos días de verano junto a su familia, Marc acepta pese a las reticencias de Caroline, su esposa, molesta por la arrogante vulgaridad de Ralph y su actitud de seductor irresistible. Así, los Schlosser y los Meier, con sus respectivos hijos adolescentes, compartirán con un maduro director de Hollywood y su novia, cuarenta años más joven, una casa con piscina a pocos kilómetros de una playa mediterránea. Los días transcurren con apacible monotonía, entre comidas, paseos, largas conversaciones de sobremesa, excesos con el alcohol y flirteos más o menos inocentes, hasta que una noche se produce un grave incidente que interrumpirá las vacaciones y cambiará para siempre la relación entre las dos familias.




1) SOBRE LA PISCINA DE UN BARRIO. Soñar bajo el agua. Rosemary es una viuda de 86 años que ha vivido en el barrio de Brixton, en Londres, toda su vida. Allí ha visto cómo cerraba la biblioteca en la que trabajaba y cómo la frutería se convertía en un bar de moda. Cuando la piscina local a la que acude desde que era una niña, y en la que se enamoró de su marido, se ve amenazada también, Rosemary sabe que este puede ser el principio del fin. Kate es una joven reportera del periódico local y desde que se mudó a Londres se encuentra perdida en una ciudad que siente demasiado grande... y demasiado hostil. Pero cuando, con la ayuda de un encantador fotógrafo, Kate investiga un poco en la historia de la piscina de Brixton, y se da cuenta de que esta es la oportunidad que ha estado esperando. Porque, juntas, Rosemary y Kate están dispuestas a resistir y a demostrar que la piscina no es solo un lugar para nadar. Es el corazón de una comunidad y harán lo que sea para protegerla.


2) ASESINATOS. Sangre en la piscina. Lucy Angkatell invita a Hércules Poirot a comer. Para gastar una broma al detective belga, sus invitados fingen un asesinato junto a la piscina. Desgraciadamente, la víctima no interpreta ningún papel. Mientras agoniza y su sangre corre hasta el agua, John Christow pronuncia una última palabra: Henrietta. Entre la confusión del incidente, una pistola se hunde hasta el fondo de la piscina. Poirot se enfrenta esta vez a una compleja red de relaciones amorosas. El peso de la sospecha cae sobre todos los invitados. 



1) SUSPENSE, POLICÍACO. El último baile. El cadáver de Kerry Dowling, de dieciocho años, aparece en el fondo de la piscina. Ninguno de los invitados a la fiesta, aprovechando la ausencia de sus padres, ha visto absolutamente nada. Sin embargo, la ausencia de testigos no significa que falten sospechosos, y la policía no tarda en centrarse en el novio de Kerry, con el que discutió en mitad de la celebración; o en su vecino, que se enfadó por no ser invitado (y todos saben lo difícil que es para Jamie relacionarse con los demás y contener las emociones). Se trata de una comunidad en la que todo el mundo se conoce y conocía a Kerry muy bien: su ex, sus amigos, sus profesores, sus vecinos... e incluso su asesino. Mientras la policía sigue investigando, aparentemente dando vueltas en círculos, la familia y los amigos de la víctima esperan a que se haga justicia. 



2) PROBLEMAS FAMILIARES. De tres a cinco minutos. Una noche Hugo, el hijo de veinte meses de María y Rafael, aparece flotando en la piscina de la casa de Miami. Al haber estado sin oxígeno entre tres y cinco minutos en aguas tan cálidas, queda en muerte cerebral irreversible y, aunque los médicos lo desahucian, el pequeño se aferra a la vida en estado vegetativo. Rafael propone entonces matar al niño, él lo matará. Lejos de su país y de la guía de su familia, con una segunda hija recién nacida y superada por las responsabilidades y exigencias, María no ve posible más respuesta que el silencio. Una postura que sabe que la hace cómplice, pero que es la que rige desde un inicio la relación con este hombre treinta años mayor que ella, posesivo y desconcertante, y que, sin embargo, idolatra.




1) HOMOSEXUALIDAD. La biblioteca de la piscina. William Beckwith es un joven de veinticinco años, homosexual, aristócrata, razonablemente rico, alegremente promiscuo y decididamente hedonista. Una tarde en que está ligando en unos lavabos públicos salva la vida de Lord Nantwich, un excéntrico personaje, homosexual también, pero ya mayor, que acudió a los urinarios a recordar pasadas glorias y ha sufrido un paro cardíaco. Vuelven a encontrarse días después en el Corinthian, un club gimnástico que el joven Beckwith frecuenta y utiliza como «territorio de caza». Le invita a su casa, le permite entrever los encantos y esplendores de la comunidad gay en tiempos pasados y le confía sus diarios. 



2) RELACIONES ADOLESCENTES. La piscina. Aya es una adolescente cuyos padres dirigen un orfanato. Se siente desgraciada y sola, abandonada por sus progenitores. Su único placer consiste en acudir a escondidas todos los días a la piscina para espiar el cuerpo de Jun, un chico del orfanato, cuando efectúa sus saltos de trampolín. Este relato nos sumerge paulatinamente en una atmósfera mágica y perturbadora gracias a la descripción objetiva de la perversidad de unos seres inocentes y frágiles en buscan su propia identidad, divididos entre su deseo de pureza y de plenitud serena, y su tendencia a la crueldad frente al otro. Yoko Ogawa es la novelista más leída en Japón desde hace dos décadas. 



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