Arturo del Burgo: «Lo que yo le pido como lector a una novela negra no es que me redacte un tratado de criminología»

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Arturo del Burgo (Pamplona, 1979) es abogado, socio de un despacho internacional y especialista en derecho de empresa. Director de diversas publicaciones jurídicas, combina su profesión con su otra gran pasión: la escritura. No mientas es su primer noir, un thriller trepidante que ya ha conquistado a lectores y prescriptores y cuyos derechos audiovisuales están reservados por Filmax.





P.- ¿De qué trata tu novela No mientas?


Es una novela difícil de resumir sin temor a decir demasiado. Muchos lectores me han escrito agradeciendo haberse acercado al libro sin saber prácticamente nada. Creo que la sorpresa de las primeras páginas se hace más intensa cuando menos se sabe. Pero dicho esto y por no evitar la pregunta, en No mientas nos encontramos un asesino que anuncia sus crímenes minutos antes de cometerlos, y lo hace a través de un libro que publica en internet donde cada capítulo es un crimen. Todos los asesinatos tienen además algo en común, y es que las víctimas son siempre personas infieles.


»De una parte, conoceremos esa novela dentro de la novela, donde podremos acercarnos a las víctimas escogidas, su identidad, su pasado, sus pecados… y al mismo tiempo seguiremos la investigación policial liderada por nuestra subinspectora, Adriana Collante, que iniciará una persecución intensa y trepidante para intentar encontrar al culpable.


 

P.- Háblanos del título. ¿No pensaste en ningún momento en titularla Infidelis?


De hecho, el título original del libro era Infidelis, así es como lo escribí, pero luego pensamos que No mientas era una opción más comercial. Así que Infidelis queda como el título del libro que el asesino escribe dentro de la novela.


 

P.- Eres de Pamplona. ¿Por qué la ambientaste en San Sebastián?


San Sebastián es una ciudad que conozco bien. Está a menos de una hora de Pamplona y es una excursión habitual para nosotros. Creo que es importante ambientar una historia en un lugar que conozcas, para poder transmitir así el escenario, su gente, su color y el ambiente con la mayor precisión y detalle. Además, tenía características que necesitaba para la historia, como tener puerto o su propia policía autonómica. Y por si fuera poco, San Sebastián es además una ciudad preciosa, que gusta a todo el mundo, con unas calles extraordinarias donde desarrollar mi historia.

 


P.- Eres abogado, pero ¿cómo te has documentado para hablar con tanta soltura sobre la estructura de la policía y cómo se resuelve un caso?


Aunque soy abogado, no me dedico al derecho penal, así que he tenido que investigar como cualquier otro escritor. Para documentarme, además de la inagotable fuente de internet, he contado también con ayuda de amigos, alguno policía, que me han permitido acercarme al trabajo diario de los agentes. Aunque, dicho esto, lo que yo pido como lector a una novela negra no es que me redacten un tratado de criminología sino que me cuenten una historia ágil y creíble.

 

 

P.- Me imagino que la pared de tu escritorio está llena de imágenes que se unen con hilos. Háblanos de esos apuntes tan vitales para un escritor.


Aquí siento defraudaros porque no paso del Word como herramienta de trabajo. Mi escritorio tiene solo algunos apuntes en borrador y muchos libros, pero poco más. Garabateo de vez en cuando en una libreta pero más para descargar ideas que por seguir una metodología concreta. Lo que sí hago y mucho es corregir, avanzar para volver atrás, cambiar personajes y casi casi volver a empezar. Tengo infinidad de versiones del libro porque, conforme escribo, van surgiendo cosas, personajes que ganan o pierden peso, tramas secundarias que quieres desarrollar más, ideas para incorporar… Cuando lo tengo por fin terminado, siempre me gusta echar un ojo a las versiones anteriores para comprobar cómo fue creándose y evolucionando la historia.

 


P.- Tu anterior novela, Un lugar al que volver, era histórica. ¿Por qué has dado el salto al tema de la infidelidad y con un thriller?


Empezó casi como un reto. Después de escribir una novela histórica, de un ritmo mucho más calmado y tranquilo, quería saber si era capaz de escribir un thriller, algo más vertiginoso, donde cada página debe de ser un reclamo para pasar a la siguiente. Tenía la idea en mi cabeza desde hace tiempo, un asesino que mata infieles y lo publica en un libro minutos antes de cometerlo, pero poco más. Con eso me senté a escribirlo, sin saber realmente si iba a ser capaz de terminarlo.


»En cuanto a la infidelidad como argumento central, me temo que es el tema que escogió directamente nuestro asesino para escribir su libro, por sus propias razones, nada tuve yo que ver.



P.- ¿Son narrativas distintas?


La forma de escribir una y otra es completamente distinta. Mientras en una novela histórica tienes un escenario ya creado, con una ambientación, una época concreta, personajes reales que aparecen, y sobre esos elementos creas la historia, en el caso de la novela negra es totalmente distinto. Hay que centrarse en ese juego que planteas al lector, ese sendero por el que le vas llevando a lo largo de la trama para intentar despistarlo y sorprenderlo con el desenlace final.



P.- ¿Con cuál disfrutaste más?


No sabría decir con cuál disfruté más. Creo que cada una tiene sus puntos positivos. Un lugar al que volver  me permitió conocer a los personajes con una gran profundidad (es una historia de 600 páginas), mientras que No mientas me hizo sumergirme y obsesionarme con la acción de la trama.



P.- En los agradecimientos, escribes: «… El libro que sostienes es mucho mejor del que ella recibió en su día». ¿Cómo era? Háblanos de ese proceso o de las diferencias con esa otra versión.  


Creo que un escritor tiene mucho que agradecer a su editorial. Estoy convencido de que todos los libros que tenemos en nuestros manos son mucho mejores que los manuscritos entregados en su momento a las editoriales. Y es el trabajo de los editores y correctores lo que consigue mejorarlo, al menos en mi caso.


»Aquí tengo que hacer una mención especial a mi editora, Marina Sánchez, que acogió el libro con grandísimo cariño y trabajó intensamente para mejorarlo. Correcciones, consejos, propuestas… el camino editorial desde que entregas el libro hasta que lo ves publicado es largo pero intenso. Son muchos profesionales trabajando para que la novela salga lo mejor posible, no solo en su contenido sino en su formato, en alcance comercial, su difusión… En mi caso fue un placer trabajar el texto con Marina y es justo reconocer y agradecer su trabajo.


 

P.- Cuatro preguntas cortas:


-¿Eres de leer en digital o en papel? Soy un comprador compulsivo de libros en papel. No tengo problema con el e-book y en algún viaje sí que me lo llevo, pero la inmensa mayoría de libros que leo a lo largo del año están encuadernados.


-¿Lees más de un libro a la vez o prefieres terminar uno para comenzar otro? Leo un par de libros a la vez y soy un lector terriblemente impaciente. En cuanto me aburre un libro lo dejo y empiezo otro.


-¿Lees algo distinto en verano con respecto al resto del año? La verdad es que no. Como estoy escribiendo ahora otro thriller, intento leer sobre el mismo género para coger el tono e ideas. Pero de vez en cuando tengo que desintoxicarme de tanto crimen y leo alguna novela histórica.


-¿Cuál es el siguiente libro pendiente que tienes en la lista? Tengo ahora para leer El Resplandor, de Stephen King.


 

P.- Me he leído No mientas, es original, y creo que hay un ritmo constante que no decae; además, la metaliteratura siempre gusta a los que nos gusta leer. ¿Pensaste que mezclar infidelidad y metaliteratura iba a ser un éxito? 


La literatura se nutre del conflicto y qué duda cabe que uno de los conflictos que más morbo e interés suscita es el de la infidelidad. Esto lo sabe muy bien nuestro protagonista, y por esa razón escribe un Infidelis, donde cada capítulo lo dedica a una persona infiel, con el funesto resultado de su asesinato. Él piensa (y debo darle la razón) que combinar crimen e infidelidad generará un enorme interés en los lectores y, por lo que podemos ver en su libro, parece que tiene parte de razón.


»Si a esto le añadimos una investigación policial trepidante, con unos protagonistas creíbles y humanos, y una serie de giros inesperados que sorprenden al lector, creo que tenemos los elementos para pasar un buen rato de lectura.

 


P.- Estamos en verano. ¿Podrías recomendarnos dos novelas? La primera, un thriller que sea original o contado con humor también vale, que se salga de lo corriente. La otra novela que sea refrescante, que sea una novela corta para hacer frente a la ola de calor.


Como thriller os recomiendo Jotadé, de Santiago Díaz.

Y como novela corta Noches blancas, de Dostoyevski.



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