Mayte Uceda: «Echo de menos cuando leía por puro placer»

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Mayte Uceda nació en Asturias (1967) y es autora de varios libros. El primero de ellos, Los ángeles de la torre, lo autopublicó en Amazon. Después vendrían otros títulos como Un amor para Rebeca o Alicia y el teorema de los monos infinitos (Planeta, 2016). El guardián de la marea (Planeta, 2021) supone su novela más ambiciosa, en la que ha invertido más horas documentándose en el naufragio del transatlántico Valbanera, el peor desastre marítimo español en tiempos de paz. En su última novela encontraremos amor y una lucha incansable en un momento de la historia donde la gripe española tuvo un importante protagonismo.







P.- ¿De qué trata El guardián de la marea?


Es una historia de supervivencia en tiempos de dificultad extrema, y trata el amor en su concepto más universal; amor a los padres, a los hijos, a los amigos, al hogar. Cuando todo a nuestro alrededor se derrumba, el amor es la única fuerza capaz de mantenernos vivos. La novela se centra en el periodo entre guerras, desde el final de la Primera Guerra Mundial hasta el inicio de la segunda gran guerra. Quise plasmar lo que sufrieron las islas Canarias debido al asedio en sus aguas por parte de los submarinos alemanes, un bloqueo que las condenó a la miseria y al hambre. Dentro de este ambiente de carestía, la joven Marcela tiene que hacerse cargo de un submarinista alemán herido. El vínculo que se crea entre los dos cambiará sus vidas para siempre.



P.- En la novela hablas sobre el transatlántico Valbanera, ¿por qué te llamaba la atención?, ¿qué te atrajo de él?


Descubrí el naufragio del Valbanera en 2016. Me sorprendió lo desconocida que era esta catástrofe, ya que representa el mayor naufragio español en tiempos de paz. Al indagar en su historia, me impactó tanto lo que encontré que decidí escribir una novela en la que el barco tuviera especial protagonismo.



P.- Eres de Asturias, ¿por qué has querido enclavar la novela en Las Palmas?


El principal motivo tiene que ver con el Valbanera. La mayor parte del pasaje que iba en el barco en su último viaje era de procedencia canaria.



P.- ¿Cómo te sientes al recorrer todos los escenarios de la novela por Las Palmas?


Empecé a escribir la novela sin haber estado antes en la ciudad. Pasé un año trabajando sobre un plano de Las Palmas de 1918, que es cuando arranca la novela. Estudié su contexto social y leí la obra de Alonso Quesada y de los hermanos Millares Cubas, entre otros, para empaparme bien del ambiente de la época. Cuando al fin llegué a Las Palmas en 2017, fue como hacer un viaje en el tiempo. Conocía al detalle la ciudad de principios del siglo XX, y me impresionó mucho ver los cambios. Fue una experiencia única.



P.- ¿Qué significa el mar para ti?


Vivo junto al Cantábrico, en un puerto de mar con mucha tradición pesquera. Crecí escuchando las historias que contaba mi padre, que pasó varios años enrolado en el crucero Canarias. Más tarde me casé con un hombre de familia marinera, de las que transpiran salitre por los cuatro costados. Donde vivo, el mar lo es todo, principalmente un modo de vida. De esa pasión por los barcos y por el mar nació El guardián de la marea.



P.- ¿Por qué quisiste escribir también sobre la diferencia de edad entre Marcela y Hans?


Porque no hay nada más bonito que el amor en ese primer arranque de la juventud, cuando uno se cree capaz de todo y los sentimientos son ingobernables. Me interesaba mostrar la forma tan distinta que tiene de madurar el amor a la edad de Marcela, que aún no ha cumplido los dieciséis años cuando conoce a Hans, y la de él, que ya es un hombre en ese momento.



P.- En El guardián de la marea también hablas de la epidemia de gripe española de 1918. Háblanos sobre el paralelismo con el momento actual en que vivimos.


Cuando investigué sobre la gripe española nunca imaginé que nos tocaría vivir algo semejante. La novela ya estaba escrita cuando empezó nuestra pandemia y releer esa parte me produce ahora cierto desasosiego. En los periódicos de la época se aconsejaba a la población que mantuviera la distancia social, que ventilara bien las casas, que se lavara las manos. Nos suena, ¿verdad? La gripe de 1918 se combatía con inyecciones de sales de quinina que no servían de nada, lo mismo que nos ocurrió a nosotros, con toda nuestra ciencia y toda nuestra industria farmacéutica tan desarrollada en comparación con la de hace cien años. Aquella gripe era capaz de matar en tres días, con la desventaja que, en vez de cebarse con la población más débil, solía hacerlo con los jóvenes sanos y fuertes. Por eso causó tantas bajas en los campamentos de soldados durante la I Guerra Mundial.  



P.- ¿En qué medida te obsesionaste por esta historia?, ¿cómo era esa obsesión?


Me obsesioné con la historia porque sabía que nadie la había contado antes. En literatura es difícil sorprender, contar algo nuevo, inexplorado, y yo sabía que El guardián de la marea iba a sorprender al lector. Fue esa pasión la que me mantuvo emocionada los tres años que tardé en escribirla. El proceso fue largo, pero quería que cada dato y cada ambiente retratado en la novela reflejaran la realidad de entonces. Las dificultades fueron muchas, ya que la novela cambia de escenarios: Las Palmas de Gran Canaria, Santiago de Cuba, La Habana, Hamburgo o Kiel.



P.- ¿Escribiste la historia de manera lineal o por partes que luego fuiste pegando?


Lo escribí de manera lineal, porque siento que conecto mejor con los personajes. Sus personalidades y sus emociones se van fraguando a medida que la novela avanza. Si fuera dando saltos, perdería esa íntima conexión con ellos, tan valiosa para dar vida a un personaje. Al finalizar, uno siempre tiene que escribir de nuevo hacia atrás, matizando los detalles.



P.- Háblanos desde las alturas, ¿cómo se consigue publicar en Planeta?


Siendo honesta, no lo sé. Yo había autopublicado dos novelas cuando un editor de Planeta contactó conmigo. Pero conozco a un buen puñado de autores de gran calidad, que trabajan y cuidan mucho sus obras y, sin embargo, no consiguen encontrar editorial. No tengo una explicación para esto.



P.- ¿De qué autor has leído más libros?


No suelo repetir mucho con autores más allá de dos o tres libros. Hay tantos escritores que aún no he leído y quiero leer, que siento como cuando te ponen un menú degustación en un restaurante y quieres probarlo todo. Con los libros me ocurre igual. Echo de menos cuando leía por puro placer, con todo el tiempo del mundo por delante. Desde que me dedico a escribir, casi todas mis lecturas están relacionadas con el libro que tengo entre manos, a modo de documentación. Pero, respondiendo a tu pregunta, puedo decir que Galdós ha sido uno de mis autores más leídos.   


 

P.- ¿Podrías recomendarnos un libro de amor que te haya gustado especialmente?


El amor en los tiempos del cólera, de García Márquez, me fascinó cuando lo leí.  



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