Juan Pablo Díaz (Muñeca Infinita Editorial): «Me gustaría que publicáramos menos títulos y los cuidáramos más»

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Hablamos con Juan Pablo Díaz, editor de Muñeca Infinita. Creó la editorial en un momento complicado, pero poco a poco ha conseguido hacerse un hueco en el sector. Publica a autores desconocidos, rescata libros que son joyas literarias. Con él hemos hablado de cómo es todo ese proceso, desde que encuentra un manuscrito hasta que lo publica. ¿Queréis saber qué esconde Muñeca Infinita? 


*Fotografía, Juan Pablo Díaz con la autora Belén Gopegui, en la librería La Fabulosa, Madrid.






P.- En el 2021 se fundó Muñeca Infinita, ¿en qué contexto se gestó?


R.- Siempre había fantaseado con editar, pero aunque llevo muchos años trabajando en el sector nunca lo había llevado a la realidad. Suelo decir que, para lo bueno y lo malo, sé por experiencia donde me «estoy metiendo». Me despidieron en la primera semana de confinamiento. Unos seis meses después tomé la decisión de fundar la editorial. Digamos que fue una mezcla de tener menos cosas que perder y haber llegado a una edad en la que era un ahora o nunca.



P.- Sobrellevar una editorial no es fácil, ¿has tenido momentos críticos en tus inicios?, ¿qué ha sido lo más complicado?


R.- Sin ninguna duda sigo en mis inicios. La editorial tiene unos tres años de existencia y dos desde que salió el primer libro. Nunca es sencillo tener una editorial, pero los primeros años son críticos. Una vez que acabas con la inversión inicial es todo un encaje de bolillos para tapar agujeros y vías de escape y el retorno de la inversión en el mundo editorial es particularmente lento. Si todo va bien, seguramente para el tercer año la editorial empiece a autosustentarse, y con cinco años de existencia empiece a generar algo económicamente. Digamos que no puedo estar más feliz con la decisión y más preocupado con el resultado, pero estamos en el buen camino, creo.


P.- Como ya dijiste en otra entrevista, Muñeca Infinita hace referencia a que «hay muchos libros dentro de cada libro, y muchos lectores dentro de cada lector». Di la verdad, ¿tenías ese nombre en la cabeza desde el primer momento?, ¿qué otros nombres barajaste?


R.- No, barajé muchos nombres, era una decisión importante, aunque los nombres de editoriales una vez que pasa un tiempo prudencial «pierden» el significado, nadie piensa en un «anagrama» o en un «acantilado» pasado el tiempo. Además de eso, te cuento que en un primer momento la editorial se iba a llamar Muñeca Rusa pero hubo un conflicto de marcas (que finalmente se resolvió a nuestro favor) y hubo que cambiar rápidamente de nombre a uno que llevara un poco a la misma idea porque iba a salir el primer libro en noviembre de 2021 y no podíamos esperar la resolución del conflicto.



P.- Cuando una editorial publica a un autor vivo, el mismo autor va a presentaciones, firmas, talleres, etc., para promocionar el libro. Pero ¿cómo se hace en una editorial donde los autores ya han fallecido?, ¿cómo se lleva a cabo toda esa promoción?


Pues tienes que buscar alternativas. Básicamente tienes que «sustituir» al autor a la hora de la promoción. Hablar de su obra en redes, en prensa tradicional con coordinadores y críticos, hacer presentaciones en las que habla el editor o un invitado-lector, etc. Siempre sirve relacionar a tu autor con otros o con otras obras ya conocidas. Y ya cuando te «enamoras» de un autor/a te conviertes casi en evangelizador.



P.- Rescatas clásicos modernos, libros desaparecidos. ¿Cómo encuentras estas obras? ¿Alguna vez has tenido dificultades por querer publicar un manuscrito descatalogado? Háblanos de cómo es ese proceso de «descubrimiento de un libro».


He vivido situaciones en mi corta de vida de todo tipo. Lo primero, el ir avanzando en la construcción del catálogo, ayuda a saber qué buscar. Después, rebuscando mucho en internet como si fuera una librería de viejo, escuchando consejos, y finalmente unos libros y autores muchas veces te llevan a otros. He tenido grandes dificultades para encontrar a los herederos de muchos autores fallecidos hace mucho tiempo, pero siempre he logrado resolverlo de un modo u otro. Y luego publico bastantes títulos de autores contemporáneos a los que contacto a través de su agente literario, editor extranjero, a los autores directamente, etc.



P.- ¿Qué sientes cuando tienes entre manos un libro que quieres publicar?, ¿te puede la impaciencia?, ¿qué pasos sigues hasta que lo ves publicado?


Depende mucho del libro. En general llevo mal los nervios con los libros contemporáneos que me pueden quitar otros editores más grandes y con bolsillos más abultados. Otras veces la impaciencia viene de un entusiasmo por dar a conocer ese libro, pues los tiempos para publicarlo suelen ser muy largos, entre uno y dos años desde que decides hacerlo. Los pasos básicos para la publicación de un libro son: lectura, contratación de los derechos, traducción, varias correcciones, maquetación, correcciones, impresión, llegada a distribuidor, comercialización, promoción. Y luego ya estás pendiente de ese libro casi toda la vida como si fuera un hijo que tiene que crecer con salud y corre muchos peligros.



P.- ¿Por qué no prefieres publicar autores noveles, por ejemplo, o que estén vivos o que tengan redes sociales?


No es que no lo prefiera. Me he limitado a seguir los pasos de otras editoriales consolidadas hoy en día y que empezaron como yo con rescates. Los rescates te permiten acceder a libros muy buenos, que el paso del tiempo ha mantenido bien, sin pelearte con otros por los derechos y no tener que pagar mucho de adelanto por ellos.



P.- ¿Podrías adelantarnos algo sobre las novelas que vas a publicar este año?


Claro. Te cuento un poco solo sobre el primer semestre. Comenzamos el año en enero con una novela deliciosamente british pero que transcurre en parte en la Ibiza de los años 50, Todos los ojosContinuamos con Escapada, una novela autobiográfica de los años 20 del siglo pasado, modernista pero también absolutamente contemporánea sobre la huida amorosa de la autora a Brasil durante la Primera Guerra Mundial.


»Verdigris es una novela de Michele Mari, nuestro primer autor italiano, una verdadera maravilla de novela que combina memoria, historia y terror y recuerda a Stevenson. Continuamos en abril con la recuperación de Una canción de luna, de Caradog Prichard, considerada la mejor novela galesa de todos los tiempos, un drama rural, una canción a la infancia con ecos de García Márquez.


»Por último, en mayo, publicaremos Después de Claude, una divertidísima versión en femenino de La conjura de los necios que transcurre en el Nueva York de los años 70, en gran parte en el mítico Hotel Chelsea. 


P.- Juan Pablo, tu currículum es muy extenso en el ámbito cultural literario, pero ¿qué crees que habría que cambiar en el sector editorial que tenemos en la actualidad?


Creo que el lector medio no sabe demasiado sobre el complejo funcionamiento del sector. Por ejemplo, cuando se dice que se publican demasiados títulos pero no se sabe que el librero tiene derecho perpetuo de devolución de los títulos y ejemplares comprados en el pasado y publicar muchas veces, y entre otras cosas, es la manera de contrarrestar la devolución. Me gustaría, pero es muy difícil que vaya a suceder si no se intentó en la pandemia, que era el momento perfecto para hacerlo, que todos publicáramos menos títulos y los cuidáramos más en todos los sentidos. La responsabilidad de la sobreproducción es de todos, aunque sin duda mucho más de los grandes grupos (aunque también se entiende que deben sostener estructuras muy grandes y pesadas en términos de recursos, salarios, etc.)



P.- ¿Qué novela me recomendarías de tu catálogo que contuviera una gran historia de amor?, ¿y una historia que nos anime o nos abstraiga de nuestro día a día?


R.- Como gran historia de amor te diría Amor sin fin de Scott Spencer. Como historia para evadirse, aunque no es un término que me convenza mucho, te diría Extraños en la casa, de Dorothy Gallagher o Los chicos de mi juventud, de Jo Ann Beard, dos ejemplos de memorias en forma de relatos muy divertidas y muy distintas. La primera es una mezcla de Nora Ephron con Vivian Gornick. La segunda se parece más a una mezcla de Mary Karr con Joan Didion.



P.- ¿Qué novela potente nos podrías recomendar de las que te has leído en 2023?


R.- Cada vez me cuesta más encontrar tiempo para leer algo que no sea por trabajo, pero me pareció una gran novela corta Jusepe de Andrés del Arenal en Ediciones Contrabando.



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