El bloqueo del escritor, ¿cómo superarlo?

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Seguro que te ha pasado. Ya tienes sobre la mesa tu taza de café, tus galletas de chocolate y una música acorde con la trama que estás escribiendo. Posas los dedos sobre las teclas y te lanzas. Escribes una, dos, tres frases, pero ninguna te suena bien y empiezas a poner pegas a todo. Borras, escribes, borras y vuelves a escribir. Cada cosa que has escrito te parece horrible, sin personalidad, sabes de sobra que eso no atrapará al lector, y eso que solo llevas un párrafo, ¡y es el primero! Sí, sabes lo importante que es ese primer párrafo para que atrape y marque el tono del relato, pero el desastre es palpable. Tenías muy clara la historia, pero en un solo párrafo has descubierto el caos. Sí, se podría decir que estás bloqueado. 


Si has sentido terror a la página en blanco, has comenzado a escribir con fluidez pero luego te has quedado estancado, notas que escribes frases sin sentido, o la creatividad y la imaginación ya no son como las das de antes, no te preocupes. Es algo normal en el proceso de escritura. Y ten cuenta que no estás solo, otros grandes escritores como Franz Kafka (aunque más que bloqueo, lo que sufría era insatisfacción por lo que hacía, era un perfeccionista de manual), Gustave Flaubert, Thomas Mann o F. Scott Fitzgerald, también lo han sufrido. De hecho, Mann confesó que escribir le costaba más que a las demás personas. 




¿POR QUÉ NOS BLOQUEAMOS? 


Muchas veces nos pasa que queremos escribir con la perfección absoluta en cuanto a los personajes, la historia, etc. Esto significa que tu mente va corrigiendo a la vez que va escribiendo, por lo que el cansancio mental no te lo quitas ni en el mejor balneario de la ciudad. Escribir el primer folio, el segundo y el tercero, etc. significa algo importante: que estás escribiendo el borrador. Es decir, no va a ser un texto limpio, ni en forma ni el fondo. Y esa es quizá la primera trampa, que pensamos que un escritor de éxito no debe escribir borradores (ayns... si pudiéramos ver qué aspecto tienen los manuscritos de los grandes escritores antes de salir al mercado, se nos caerían los pelos del sombrajo). No os agobiéis, vivid con naturalidad vuestra novela. Hay una frase del diseñador David Carr que me gusta bastante: «Sigue tecleando hasta que comiences a escribir». 


No hay que confundir algo muy importante: el proceso creativo de escribir con el producto resultante. Es decir, nos imaginamos ya nuestro libro en el mercado, todo bonito, y eso nos bloquea porque vemos un abismo inmenso entre lo que llevamos escrito y la presencia del libro en la mesa de novedades (eso si llega a tal cima librera). Pero la escritura no es un producto (eso es el libro), es un proceso. Y ser escritor significa borrar, escribir, tachar, marcar, subrayar, reposar. Lo que más le cuesta a un escritor es borrar. Doy fe, tanto por mi faceta de escritora como de correctora. No pasa nada, borra y sé feliz, menos es más. El mundo no se va a terminar por suprimir párrafos y líneas con información repetida. El lector no es tonto, no se va a perder si sabes hacerlo bien.


Es verdad que antes de que un escritor se ponga a escribir, la historia ya ha sido muy muy pensada. Uno ya sabe por qué la escribe y qué quiere contar en ella. Quizá no sabe el cómo, pero sí la finalidad, y esa finalidad es la que hace que sigas escribiendo. Antes de escribirla, probablemente ya se haya escrito mucho en cuadernos frases sueltas, lluvias de ideas, bocetas, etc. Puedes tirar de ahí para dejar el bloqueo. 




¿REALMENTE EXISTE TAL BLOQUEO?


Para responder a esta pregunta, os voy a poner en antecedentes. El término bloqueo del escritor, lo acuñó el psicoanalista alemán Edmund Bergler en 1947. Esto no significa que antes no existiese, por supuesto, pero es que incluso después hay escritores que opinan que eso del bloqueo del escritor es una patochada. Asimov dijo: «Mi padre era tendero. No tenía bloqueo de tendero. Trabajaba». 


Aquí cada uno que piense lo que quiera, pero lo cierto es que sí puedes pasar por crisis existenciales por nuestro trabajo, ya seas panadero, bombero, escritor o vendedor de espetos. De hecho, hay a escritores a quienes les cuesta un mundo ponerse a escribir, y luego crean auténticas maravillas, y a otros que les pasa totalmente lo contrario.




¿CÓMO SUPERAR EL BLOQUEO?


No te preocupes. Todo tiene solución. Si confías en ti, todo está hecho. El bloqueo tiene cura, no te saldrán manchas en la piel. No obstante, para superarlo, puedes seguir uno de estos consejos. 



1) Suponer qué puede pasar en la novela


Una buena forma de continuar es suponer qué podría pasar en la novela, por muy descabellado que sea. Así se expandirá su creatividad. Por ejemplo, ¿y si mi personaje principal en su pasado quiso entrar al seminario y nadie lo sabe?, ¿y si de pronto nieva en pleno verano?, ¿por qué no aparece, de pronto, una gemela de mi protagonista? O más descabellado aún: ¿y si el narrador se rebela contra el protagonista? Crea supuestos infinitos, haz que tu mente sea un chicle. Estíralo sin fin.



2) Lluvia de ideas

 

O, como los más cool prefieren denominarlo, brainstorming. Esto me parece muy útil cuando no sabes por dónde tirar, aunque sean un par de página las que tienes que escribir sobre el tema. Uno de los recursos que se suele emplear es el mapa mental. Ponemos en el centro la palabra afín a esa parte de la historia, o la que no nos deja avanzar. Por ejemplo, en la novela de humor que estamos escribiendo, uno de los personajes es un proveedor de manzanas del Edén. ¿Cómo comenzamos a construir ese entorno? Primero, podríamos centrarnos en la palabra manzana. Y luego, al rededor, lo que nos sugiere dicha palabra. 

 
 
Fuente: web.extension.illinois.edu




3) Talleres de escritura 


 

La solución al bloqueo de escritor también puede derivar en los talleres de escritura, y los hay de todo tipo: inmersivos con el escritor, como los de Entelequia Cultura, desde casa, a tu ritmo, o presenciales. Los hay muy baratos o muy caros y pueden adaptarse totalmente a lo que estás buscando. Tú ya eliges cómo quieres que sea y dónde quieres enfocarlo. Los hay muy buenos, pero, por mi experiencia, yo os recomiendo ir a unos de esos talleres de escritura donde se leen todos los textos en voz alta. Ahí se aprende del profesor y de los comentarios de tus compañeros. 



 4) Dedícate a otra cosa distinta

 

Deja la novela que tienes entre manos y ponte a otra cosa que quizá te inspire más. Por ejemplo, a mí me inspiran mucho las películas de Miyazaki, ponte a bailar, sal a hacer senderismo o márcate tus buenas sesiones de cine con sagas infinitas. Todo con tal de pensar en otra cosa, y esa otra cosa puede impulsarte más después. No se sabe dónde está la tecla adecuada.



5) Cambia de registro
 

Sí, también consiste en dejar la novela, pero esta vez te sugiero que te dediques a otro género. Por ejemplo, puedes escribir para un concurso de microrrelatos. Si te dedicas a la novela histórica, escribe un microrrelato que trate sobre la importancia del medio ambiente en la actualidad, por ejemplo. Quizá ahí encuentres el hilo que buscas, por muy tonto que te parezca. 




Espero que os haya aportado algo de luz en caso de que estéis bloqueados y no sepáis para dónde dirigir la escritura. Estad tranquilos, no seáis perfeccionistas. Borrar es de sabios, creedme, y no solo unas pocas palabras, sino párrafos, páginas e incluso personajes. Y si para borrar, necesitáis relajaros en un buen balneario, esa será una excusa perfecta para ir. 

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1 comentario

  1. Buen artículo.
    Yo no soy escritor pero cuando escribo tomo modelos y efectúo ligeros cambios. Empezar imitando es algo que han hecho muchos escritores en sus inicios hasta que encuentran su estilo. No sé si los veteranos pasarán por esa fase de bloqueo. Quizá sí, pero no le harán falta estos consejos porque tendrán sus trucos.

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